domingo, 1 de abril de 2012

Locura.

Mentira... ¿Qué es una mentira?
Mientras te miraba de forma descarada, te deseaba con mis ojos, con mi boca y mis manos. Imaginé un universo espectral donde nos amamos sin más.
Lo imaginé.
Eso es mentira.
Es falso.
No es real.
Cuando quieres tanto algo que creas en las profundidades del mar cerebral una fantasía en la que tu seguridad te atrapa. La certeza de un encuentro,las miradas, la ternura... Estúpida ternura.

-¿Qué espera para tomar su medicación? Por favor, no nos arme un lío de nuevo, que sabe igual que al final va a tener que hacerlo.
- Va, ok. Ya la tomo. ¿Ve? Ya está.

Sigo...
(Odio cuando la gente almidonada y de blanco viene a interrumpirnos, mi amor. No entiendo cómo no te ven como yo. Ellos desconocen lo que es querer. Sólo piensan en frascos de pastillas, sueros, electroshock y quién sabe qué otras nimiedades. Pero no hablemos de eso. No, no te enojes conmigo. Olvida eso).

Sé en el fondo lo que soy, lo que vivo. No soy como ellos creen. Sé que podría salir de acá en cualquier momento. Pero a diferencia de las aves enjauladas y de esos idealistas que sueñan con la libertad como meta máxima, a mí me gusta estar acá, entre estas paredes. En el silencio donde de vez en cuando se escucha algún grito seguido de incoherencias. Es, al fin y al cabo, un lugar seguro.

¿Lo ves? Mientras nosotros vivimos en mi mundo de mentira...
(¿Que qué es una mentira? Ya te lo expliqué, tontito. Sé ve que no me prestas atención. No te culpo, la voz de esa enfermera es increíblemente aguda y estridente.
¿Qué te deje en paz? ¿Pero de qué hablas? Tú estás aquí porque quieres. Te diste cuenta por fin de que conmigo eras feliz... ¿Forzarte? Hablas por hablar, relájate. ¿Quieres una pastilla? Las escondo en el bolsillo interior de esta bata. Está bien. No hablemos más).

Yo hablo sola desde este lugar, conmemorando lo que no puedo recordar, pero de lo que todos me acusan. Es muy oscuro y decrépito cada vez que miro hacia atrás. Algunas veces una ventana ilumina de manera muy tenue mi resquebrajada memoria.

Como hoy... Hoy sí puedo recordar -Hoy que tú estás conmigo, sentado en esta banca, mirando hacia este jardín- puedo acordarme de por qué vives en esta casa de locos conmigo. Recuerdo por qué no te ven los demás y yo sí. Tengo que vivir con días como estos, de lucidez parcial, donde puedo acordarme.

Y no quiero acordarme más.

No quiero acordarme de tus ojos desorbitados cuando me viste entrar a ese lugar. Dijiste algo sobre entender tus razones, pero yo no te escuchaba. Yo no podía entender razones, mi amor, perdóname. Sólo actué, y actué mal,lo sé. Yo solamente no pensé, no podía. No me di cuenta de mi error hasta que vi el borde de mi vestido. (Debes acordarte de ese vestido. Ese celeste que te encantaba.) Estaba todo manchado, lo arruiné. Estaba con una gran mancha oscura, y luego tú, a unos centímetros, con ojos suplicantes, ya no emitías sonido. Dejaste de gritar y yo dejé de llorar. O tal vez empecé. No lo recuerdo bien.

Pero, míralo por el lado bueno. Ahora estás aquí, estamos juntos. Por fin,lo que yo veía en mi mundo de mentira, tal vez ahora es realidad. Tal vez es algo surrealista para los demás, pero en mi mente es verdad.
Yo te puedo ver. Te puedo besar y acariciar.
Y tú, desde tu silencio, por fin me puedes querer.

Y eso es todo lo que importa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Al comienzo pensaba que te referías a la mentira como el engaño por parte de la otra persona, pero creo que te refieres a la convivencia entre dos personas. A que la realidad no es “lo que es”, sino lo que se percibe. A una persona convenciendo a la otra de pertenecer a una historia no comprendida por los demás.

Quizás el amor sea sólo eso… una complicidad, una mentira susurrada entre ambos, una fantasía compartida.


W.